Por: Dra. Ligia Ramírez
Presidenta del Colegio de Enfermeras de Costa Rica.
…” al despertar me encontré rodeada de varias personas a mi alrededor vestidas de blanco con voz jovial que me revelaba eran poco mayor a mí, que en ese entonces tenía 14 años de edad y con afán me saludaban y preguntaban cómo me sentía, entendí entonces estaba en un hospital, fueron muy amables y dedicadas en su cuidado, eran por supuesto estudiantes de enfermería. Su trato, interés y dedicación hicieron que unos años después con determinación entrara a la Universidad de Costa Rica con la convicción de ser enfermera profesional…”
Con estas palabras resumo mi primera impresión con profesionales en enfermería que en aquel entonces cuidaron de mí con mucho esmero y sirvieron de inspiración para que hoy, 35 años después, me lleve a reflexionar con ustedes sobre los retos de esta profesión.
¿Qué ha cambiado desde esas mis primeras impresiones en la Enfermería?
Durante el último siglo la enfermería a nivel mundial ha pasado por innumerables transformaciones e innegables avances, que se han proyectado en el medio académico y que hoy día, conquistan nuevos espacios de trabajo como es el caso, de la extensión de un mix de competencias especializadas de la enfermería de Práctica Clínica Avanzada.
En el caso de Costa Rica pudimos visualizar parte de nuestra historia en la celebración del pasado 1 de Marzo con el centenario de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Costa Rica, donde fuimos testigos de sus avances y aportes a la sociedad costarricense en 100 años continuos de compromiso docente y social.
Y es que, al día de hoy, las tendencias actuales en el mundo imponen nuevos y grandes desafíos para la disciplina de enfermería en el siglo XXI.
Estos desafíos no solo alcanzan a los estudiantes futuros profesionales sino también a las hoy enfermeras/os en el ejercicio profesional público, privado y liberal; el mayor reto en gran parte consecuencia de las innumerables y rápidas transformaciones en el campo político, ambiental, económico, social y cultural es, sin duda el fortalecimiento de la Enfermería, necesariamente basado en:
1) Formar profesionales competentes, con habilidad para pensar críticamente, definir y priorizar las necesidades de cuidado, individual y colectivo, que garanticen la calidad en el cuidado; enmarcados en los principios éticos y humanísticos de los paradigmas de la disciplina, en los diferentes escenarios de atención.
2) Producir conocimiento innovador con impacto en la realidad social y bienestar de los individuos, familias y comunidades, en especial de las poblaciones más carentes y privadas de recursos y acceso a los servicios de salud.
3) Con relación al cuidado, es necesaria la utilización de estrategias de abogacía que se centren esencialmente en las personas, guiándolas hacia la educación emancipadora, con autonomía, volviéndolas capaces de pensar y trabajar críticamente para mejorar sus vidas.
4) Desarrollar una práctica culturalmente competente, con principios de equidad; que valore y respete las diferencias en cuanto a género, raza, orientación sexual, entre otros aspectos.
5) Desarrollo de líderes en enfermería con una postura pro-activa en relación a la apertura de espacios profesionales, con un fuerte trabajo en la imagen social y profesional de la enfermería, mecanismos de inserción en áreas de conocimiento innovador, a través del uso de las TICs, así como incursión en el ámbito de la política pública, mediante la presentación de proyectos dirigidos hacia las necesidades y problemas de atención en salud de las personas usuarias en los diferentes escenarios, accionantes a la vez de armonizar con los compromisos internacionales como la estrategia de Cobertura Universal en Salud y participación en puestos de alta gerencia administrativa y de política pública.
6) La profesión enfermera debe incursionar fuertemente en el campo de la salud comunitaria y de la salud pública. El aumento de las enfermedades no transmisibles, la amenaza en la resistencia antimicrobiana, el cambio climático y la situación de cambio de la pirámide poblacional hacia el envejecimiento de la población en razón del incremento en el número de personas que sobrepasan los 65 es una realidad, nos llevará a convivir con la cronicidad y demencias seniles, lo cual exige cambios novedosos en la forma de brindar cuidados a la población que ya lo esta demandando, y lo harán con mayor intensidad en el futuro.
Es en este campo que enfermería puede generar un mayor impacto en la gestión y acompañamiento en los campos de la promoción de la salud y de la prevención de enfermedades.
7) En el proceso de división del trabajo, enfermería ha ido entregando campos que son de su competencia y de ahí se han derivado tecnicidades como terapistas respiratorios, técnicos en urología, gastroenterología, nutrición, promotores de salud entre otros, los cuales deberían ser campos especializados de la enfermería. No debemos ceder más espacios y se requiere de investigación conjunta gremio, docencia, servicio para determinar las necesidades en la formación de recurso especializado de enfermería en el país.
8) Regulación de la práctica profesional a través del establecimiento de un programa de recertificación profesional que asegure a la población costarricenses el acceso a profesionales de enfermería competentes, que brinden cuidados profesionales seguros de calidad.
Hay mucho por hacer y este es el momento de consolidar nuestro compromiso con la profesión cada cual desde su realidad, pero fortalecidos desde el accionar de un colegio profesional engrandecido por la unión y participación de sus colegiados.
Colegas, el reto ya está puesto sobre la mesa. De nosotros y de las futuras generaciones dependerá el crecimiento de nuestra profesión, vamos, unámonos y empecemos a trabajar en todos estos desafíos que tenemos por delante.