Por: Dra. Ligia Ramírez V.

Presidenta del Colegio de Enfermeras de Costa Rica

El llamado se hizo, todo estaba listo para que el pasado 12 de mayo, uno de los días más significativos en la enfermería, fuera historia.

Más de 250 colegas se hicieron presentes ante el llamado del Colegio para juntos hacer la discusión del proyecto de la  Ley Orgánica Colegio de Profesionales en Enfermería de Costa Rica.

La oposición sentada en primera fila, con su estrategia malintencionada de confundir a las personas colegiadas, había empezado días antes con la divulgación de mensajes sin fundamento a través de redes sociales, dirigida por grupos cuyo interés más que la propia disciplina, está orientado a mantener la enajenación de los colegiados por motivos obviamente políticos y económicos, donde el manejo de  poder, la intolerancia al cambio, el desconocimiento de la realidad y problemas de la enfermería y por supuesto de la insensibilidad ante la gran población de personas profesionales desempleadas, subempleadas y en estado de precarización de la enfermería, son las únicas razones entendibles para su desafortunado actuar cubiertos como lobos con piel de oveja.

La consigna de estas personas, traer a su vasallos para ante todo, oponerse por todas las excusas posibles  a la realización de la asamblea extraordinaria, sin importar el gasto incurrido, las personas que hicieron el esfuerzo de venir de lejos, la imagen social y el compromiso ético con la profesión y con los usuarios de nuestros servicios.

El primer paso, sembrar el desconcierto y temor con actitudes irrespetuosas y hostiles, cuestionamientos  irracionales como la entrada del personal secretarial, la agenda, la redacción, la entrada, la salida, todo porque su fin no era hacer una discusión crítica o aportar, sino impedir a cualquier costa,  que las personas colegiadas conocieran los detalles como que existe un acuerdo de asamblea de junio del 2014 para actualizar la ley 2343 y su reglamento, cómo se realizó el proyecto, quiénes participaron, el resultado de la consulta pública y otros temas, que a la postre harían cambiar de opinión a la mayoría de personas que se convocaron con una característica en común, el desconocimiento y falta de lectura del documento, por lo que fueron presa fácil de sus manipulaciones.

Esas personas con egos muy elevados y con viejos paradigmas que desvalidan la tecnología y las nuevas formas de comunicación, a través de los medios del Colegio, alegan falta de foros y seminarios regionales, aprovechándose de la poca memoria y desconocimiento de los colegiados que no recuerdan o desconocen lo sucedido con la actualización del reglamento del estatuto de enfermería Ley 7085, en el que después de siete años de foros y seminarios regionales, un gasto millonario y aprobación de la asamblea general,   hoy aún no está actualizado, porque de nuevo estos grupos de poder hicieron de las suyas dejándonos con un proceso concursal para el otorgamiento de plazas desactualizado y favoreciendo ilegítimamente a unos pocos.

Hoy somos 14000 colegiados, el 60% menores de 40 años, se incorporan una media de 1200 profesionales al año provenientes de ocho universidades que imparten la carrera de enfermería en el país,  todas con currículas diferentes, con evidencias de debilidades en la formación profesional y poca formación en el proceso de atención de enfermería, poca investigación que valide y genere conocimiento enfermero.

El mayor empleador el estado, en la figura de la CCSS  compuesta por siete regiones, 104 aéreas de salud en el I nivel de atención , 1041 Ebais,  29 hospitales, para un total de 5540 camas,  se despliega la función primordial a través de la gestión del cuidado con el  equipo de enfermería conformado por 4015 plazas de profesionales en enfermería para todo el país, insuficientes a toda luz, 6824 plazas de auxiliares de enfermería de los cuales un 60% aproximadamente según datos de la Coordinación Nacional de Enfermería, estan en condicion de subempleo por profesionales,  lo que corresponde a 3800 plazas , 2715 asistentes de pacientes en las que también hay un 10% de subempleo por profesionales de enfermería, 1272   asistentes técnicos de atención primaria.

Grandes amenazas tenemos en este grupo desatendido  por los grupos con la figura jurídica para la defensa de su ámbito laboral,  jornadas extenuantes de trabajo, listas de espera para nombramientos que violentan el estatuto de enfermería y que no favorecen la idoneidad en los puestos, lo que frustra a los profesionales. Sobrecargo laboral, desplazamiento de puestos de liderazgo, invisibilización de los aportes de la enfermería, políticas de restricción del gasto que orientan hacia la tecnificación para reducir gastos, que están desplazando a las enfermeras/os y una debilitada Ley orgánica que en la actualidad no le da al Colegio de Enfermeras las herramientas jurídicas para la defensa de la profesión.

Ante estas y otras situaciones, ¿quién aún puede preguntarse porque urge el proyecto del Colegio de Profesionales de Enfermería Ley 2343?

El ahora es hoy, debemos apropiarnos más que nunca del cuidado, regular el ingreso al ejercicio profesional a través del examen de incorporación que le asegure a los ciudadanos profesionales calificados, luchar por el reconocimiento de las especialidades ,fortalecer la gestión del cuidado con la definición de las competencias profesionales; fortalecer la gestión colegial y apropiarnos de nuestro equipo.

A pesar de todo lo negativo que salió a flote ese día, podemos rescatar algo sumamente importante. Esta infructuosa Asamblea de la que hoy los esbirros de la enfermería se vanaglorian, deteniéndola, sin importarles el desempleo y el subempleo cada vez en aumento, también sirvió para exponer en este tiempo electoral, los atributos y valores negativos de algunas personas, quedando expuestas en la mesa y a vista de todos, las conductas de estos “falsos líderes”. Así como tendremos la oportunidad de conocer los profesionales con las competencias de liderazgo, juicio crítico, empatía y amor por la profesión que levantarán la voz, aportando a la discusión y a la disciplina desde un ejercicio ético.

¡Juzgue bien usted colega que no lo engañen!

Duele que a pesar de que el documento fue enviado a todos los correos de los colegiados y divulgado en los medios del Colegio, muchos profesionales no se dieron a la tarea de conocerlo, dejándose manipular por notas distribuidas con mensajes distorsionados, sin criterio ni fundamento.

Colegas, despertemos, no lograremos cambiar la enfermería de este país con actitudes como la de estas personas, sino conformando un bloque común, que lejos de los propios intereses políticos y particulares, priven aquellos en favor de una mejor atención a la sociedad y a las necesidades de ese 60 por ciento de colegiados menores de 40 años, que deben enfrentarse día a día con barreras para ejercer su profesión con respeto y dignidad.

Sin embargo, a quienes nos interesa el futuro de los jóvenes profesionales y la dignificación de nuestra profesión seguiremos dando la lucha para ver a nuestra querida enfermería en el lugar que se merece y en beneficio de las personas usuarias de nuestros servicios. No permitamos que la enfermería se divida.

Hago un llamado vehemente para que nos unamos una vez más, dejemos el ego, el miedo al cambio y  demos a la profesión la oportunidad que se merece.

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