Lic. Ana Chaves Santamaría

Fiscal Asistente C.E.C.R.

 Hemos escuchado en personas con pocos años de incorporados como profesionales de la Enfermería, decir que reciben mucha Ética en su formación académica y luego en el Colegio Profesional, un pequeño curso, cuando se van a incorporar.

Esto puede ser cierto a medias, pues debemos tener claro que luego de la incorporación, cuando efectivamente se puede ejercer la profesión de Enfermería, no antes, nos encontramos con una base de conocimiento científico y formación actitudinal congruente con los objetivos académicos de cada universidad en la disciplina.

La formación académica permite un ejercicio ético de la profesión en espacios laborales en los que ya no es la vigilancia o directriz del profesor o instructor que guía nuestros actos, sino nuestra autonomía de criterio, principalmente si nuestro espacio de trabajo es en la comunidad.

Esta autonomía profesional debe evidenciar el conocimiento científico adquirido en la universidad, más no solo la réplica de aspectos técnicos puntuales que cualquiera puede realizar con la debida instrucción y que al final no marca la diferencia entre profesional o asistencial.

Es aquí donde la Enfermera se diferencia de otros actores sociales o colaboradores, pues su conocimiento adquirido y el estudio permanente para actualizar su acerbo científico, la promueven como una profesional confiable y ética.

Las personas que reciben nuestra atención en salud pueden confundirse y no encontrar diferencias en la atención de salud que brindamos, sobre todo si no existe una comunicación efectiva con el otro, favoreciendo visiones parciales que se enfocan en procesos de enfermedad, más no la totalidad de las necesidades del individuo que tenemos al frente.

Se debe trabajar con el gremio para proyectarnos cada vez más como un interlocutor válido, serio y confiable en temas de salud que impactan a la profesión, fomentar cada vez más la imagen de un profesional que no solo sea el que hace, sino el que por su conocimiento, respete  la dignidad de la persona y actitud profesional para ser reconocido como el profesional de la salud por excelencia.

Desde la gestión de la Fiscalía se identifican profesionales muy éticos en su actuar, pero sabemos que debemos mejorar como gremio y visibilizar luchas que realizan día a día  muchas y muchos colegas para posicionarse en sus diversos escenarios laborales.

Este esfuerzo evidente es llevado a cabo con un objetivo claro, ejercer la disciplina Enfermera de forma coherente y ética.

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